La precaria economía de Bluefields, en el Caribe de Nicaragua, podría verse golpeada debido a la pandemia del #Covid_19 que afecta el mundo, y por ende a la industria de los cruceros, ésos enormes barcos turísticos que surcan los mares de Estados Unidos, el Caribe, Europa, y Asia, según se desprende de tripulantes que pidieron anonimato.

En muchos de esos barcos laboran jóvenes y adultos caribeños, varones y mujeres, que sostienen la economía de sus hogares.

Según agentes que funcionan como enlaces entre las líneas navieras, y los ship outs (embarcados), como se les conoce en Bluefields, y otros municipios del país, hay más de tres mil tripulantes originarios de Bluefields, Corn Island, y la cuenca de Laguna de Perlas.

ANCLADOS 30 DÍAS

Anita Johnson Archibold, esposa de un ship out, dijo que su compañero de vida le comunicó que la inmensa mayoría de los barcos se fondearán en el mar durante 30 días, en espera que pase la alerta.

Aclaró que durante ese tiempo el barco no podrá abastecerse de alimentos ni agua, por tanto, “reducirán el alimento y el agua, además, reducirán el salario a la mínima porque el barco no está trabajando”.

“Eso pondrá en una difícil situación a las familias que dependen de las remesas, ese problema se observará no ahorita sino dentro un mes, aquí sufrirán los restaurantes y otros negocios que frecuentan las familias que reciben remesas”, explicó Johnson.

ÚNICA SOBREVIVENCIA

Según el agente naviero, hay tres mil hombres y mujeres de Bluefields trabajando en los barcos turísticos, y que cada uno envía a sus hogares un promedio mensual de 600 dólares, “eso sin incluir a los ciudadanos que se encuentran en tierra en Estados Unidos, Europa, Costa Rica, Panamá, y otros países del mundo.

Al igual que en los cruceros, hay muchos caribeños laborando en tierra en Gran Caimán, isla turística que también sufre la recesión económica debido al #Covid_19, “las cosas se están escaseando en los supermercados, hay parejas que se pelean hasta por un papel higiénico, por obtener una libra de pollo”, explicó a La Costeñísima José Jackson, un nativo de Bluefields que busca sobrevivir en la isla.

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