El Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), mantiene el pronóstico de que el producto interno bruto (PIB) nicaragüense decrecerá -4.5% en este año, y crecerá 0.5% en 2021, según el Marco Presupuestario de Mediano Plazo (MPMP) 2021 – 2024, del que CONFIDENCIAL obtuvo una copia.
De paso, propone aumentar el rendimiento de la reforma tributaria de marzo 2019, “avanzando en la aplicación de medidas de fiscalidad internacional, y en el proceso de racionalización de las exenciones y exoneraciones”, además de capacitar al personal, lograr mayor coordinación entre la DGI y la DGA, y crear la infraestructura tecnológica y logística necesaria para ello.
Solo el Gobierno de Nicaragua cree que el golpe a la economía nacional, se detendrá en -4.5%, cuando todos los organismos multilaterales dejaron atrás ese cálculo, y vaticinan un golpe más profundo: desde el -6.0% del Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta el -6.3% del Banco Mundial (BM), sin obviar el -8.2% del Economist Inteligence Unit.
Después de las caídas de -4.0% en 2018, y -3.9% en 2019, por causa de la crisis económica que estalló como producto de la represión a balazos de la ciudadanía que demandaba justicia y democracia, el Gobierno de Daniel Ortega proyectaba un crecimiento de 0.5% para 2020, pese a que la crisis política sigue sin resolverse.
Entre las razones externas para confiar en ese comportamiento en 2020 y 2021, están la proyección del FMI, de que la economía global caiga -4.9% este año, y crezca 5.4% en 2021; y que las grandes economías regionales (y también Centroamérica), puedan abrirse a finales de septiembre; aunque reconocen que Estados Unidos puede caer a razón de -8.8% este año, obviando la relación de casi uno a uno entre el crecimiento de ese país y el nuestro.
La realidad de la pandemia
A nivel interno, el optimismo de la administración pareció justificarse cuando “el PIB del primer trimestre registró una variación interanual positiva del 1.8%”, según datos preliminares, y fortalecerse, después de comprobar que “el IMAE acumulado a marzo fue de 1.8%”.
Sumaban a eso que la Encuesta Continua de Hogares mostró un descenso de una décima de punto porcentual en el desempleo abierto, al pasar de 4.9% en el cuarto trimestre del 2019, a 4.8% en el primer del 2020, lapso en el cual la informalidad también se habría reducido, pasando del 46.9% al 44.7% en el mismo período comparado… hasta que la decisión ciudadana de guardar una cuarentena autoconvocada, detuvo buena parte de la actividad económica local.
Eso es lo que refleja el MPMP 2021 – 2024 cuando admite que “se observó desaceleración en la industria manufacturera, hoteles y restaurantes, y minas y canteras. Asimismo, se mantuvo el desempeño negativo de intermediación financiera, y transporte y comunicaciones, y se desaceleró la incipiente recuperación en construcción”.
Los datos de afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), muestran el mismo cambio de tendencia del que habla el oficialismo, pese a que desde hace varios trimestres que no se publican muchos datos oficiales (o no se publican a tiempo), ignorando los reclamos de los economistas independientes, y las recomendaciones del FMI.
El Marco Presupuestario de Mediano Plazo asegura que la afiliación al INSS aumentó en 15 585 personas entre enero y febrero de 2020, pero retrocedió al perder 33 965 en el trimestre que va de marzo a mayo, siendo los más afectados, la industria manufacturera y el comercio.
Al considerar las fuentes probables de crecimiento, el documento se centra en la actividad agrícola, considerando el buen comportamiento del ciclo lluvioso, así como la disponibilidad de recursos en el sistema financiero, cuyos depósitos “aumentaron 10.0% a mayo en términos interanuales”, aunque se reconoce que “el crédito se redujo 9.2%”.
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