Los raizales, los pobladores nativos de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, que se dedican mayormente a la pesca, quieren ser tomados en cuenta en las conversaciones que iniciaron este fin de semana los gobiernos de Nicaragua y Colombia para cumplir las sentencias de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre las islas.
Nicaragua y Colombia han estado en un litigio por más de 100 años por el territorio de las islas de San Andrés y Providencia. Un fallo de La Haya en el 2012 confirmó la soberanía de Colombia sobre las islas, pero le reconoció a Nicaragua la soberanía y derechos marítimos en aguas hasta las 200 millas náuticas contadas desde sus costas.
Es decir, las islas San Andrés quedaron varadas en aguas nicaragüenses a su alrededor, dijo a la VOA Nicolas Boeglin, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de Costa Rica.
A mediados de julio pasado en La Haya, la CIJ rechazó la pretensión de Nicaragua de expandir su plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas.
Los raizales dicen que a causa del litigio se han visto limitados en su habilidad de pescar y buscar su sustento.
Nicaragua aseguró en un comunicado que acordó con Colombia la creación de comisiones de trabajo bilaterales en busca de “convenios en asuntos de pesca para la población raizal de la zona, asuntos medioambientales y la demarcación de áreas, según lo indicado por la Corte”.
Raizales: No queremos exclusión
El pastor y líder de los raizales de Colombia, Alberto Gordon May, dijo que es una noticia positiva que se haya abierto un canal de comunicación entre ambos gobiernos, pero pidió que ellos “sean convocados” a las conversaciones.
“Nos gustaría que nos convoquen y queremos ser parte íntegra de ese grupo de personas que van a estar en ese proceso. No queremos que vuelva a pasar como la primera vez en el litigio que empezaron a negociar o a pelear unas personas y nunca nos tomaron en cuenta”, señaló Gordon.
En 2012, los raizales denunciaron que no fueron consultados ni tomados en cuenta en el litigio.
“Como pueblo étnico raizal, que seamos integrados en esa comisión y en esos grupos de trabajo, en cualquier decisión que vayan a tomar que nos beneficie, que nos afecte bien sea positiva o negativamente”, dijo Gordon.
“Queremos saber cuál va a ser la suerte nuestra, a qué podemos atenernos y cuáles son las expectativas que el gobierno de Colombia tiene frente a las expectativas del gobierno de Nicaragua”, sentenció.
En un discurso desde la isla de San Andrés como parte de las celebraciones por el Día de la Independencia en julio pasado, Petro prometió a los raizales que solicitaría un diálogo con Nicaragua para negociar “los derechos de pesca del pueblo del Caribe”.
Este diálogo se había estancado luego de fricciones entre Petro y Ortega, luego de que el mandatario nicaragüense despojara de su nacionalidad a la poetisa Gioconda Belli y Petro lo comparara con el dictador chileno Augusto Pinochet.
Previo a esto, Ortega se había mostrado dispuesto a negociar con Colombia tras el fallo de La Haya.
“Yo le digo al presidente Petro, no hay más camino que acatar y ahí quedamos una a una. Una ganamos nosotros, una ganaron ellos. Pero hay que acatar el fallo de la corte”, dijo Ortega en julio en su discurso por el 44 aniversario de la Revolución Sandinista.