El exalcalde destacó como productor de café y de cacao, además administraba una gasolinera en la ciudad. Pocos creen en el tema de la enfermedad y ven más una destitución. “Le iba demasiado bien para renunciar”, critican.
Las calles del municipio del Tuma-La Dalia, lucen como todos los días y de lo más normal, decenas de personas transitando por sus avenidas, vehículos que entran y salen del poblado, comerciantes ofreciendo sus productos, productores que vienen y van con sus granos básicos y hortalizas. ¿Saben que repentinamente cambiaron a su alcalde? La respuesta es sí.
Algunos todavía lo comentan. Tienen claro que se trata de una destitución, otros creen en la versión de la enfermedad. La destitución de Jaime Aráuz Centeno, como alcalde y el nombramiento de una nueva jefa en la comuna no ha pasado desapercibida. “Tío Jaime”, “ese corrupto”, “eterno alcalde”, “el petrolero”, son algunos de los apelativos con que algunos pobladores del Tuma-La Dalia se refiere a él por estos días.
Don Nicolás, quien pide no revelar su identidad, es un comerciante de la zona. Asegura del exalcalde que “tras la fachada de político comprometido, existía un individuo que solo busca su propio beneficio”. Según este poblador, “hay mucha gente que ha perdido sus tierritas por órdenes de Jaime Aráuz. Nosotros no lo queríamos de alcalde, pero esa gente se las arregló para que corriera de nuevo. Fue un error”, dijo.
Se enriqueció a costa de otros
Una maestra, identificada solo como “Marina”, expresó que “eran montones de sacos de café lo que saca ese hombre cada año y de cacao, ni digamos… ese señor ha hecho riales en todo este tiempo”, criticó.
Un transportista que viaja todos los días de El Tuma-La Dalia hacia otras comunidades, consideró que “una de las personas que ha crecido más rápido como empresario aquí es el Tio Jaime (el exalcalde) porque solo su gasolinera es un negocio jugoso, se mantiene llena y nunca se deja de vender”.
El otrora edil sandinista, comenzó siendo coordinador de la junta de gobierno del Tuma-La Dalia en 1989. En las elecciones de 1990, fue electo alcalde, hasta la década del 2000 en que entregó el cargo al sandinista Maryan Ruiz, quien al finalizar su gestión, traspasó el mando nuevamente a Aráuz Centeno.
Mientras maduraba en el cargo, Jaime Aráuz destacó además como productor de café y de cacao, combinando estas actividades con el control de una gasolinera en la ciudad.
Poder político y económico
El desempeño prolongado del destituido alcalde en estas empresas le valieron acumular suficiente poder político y económico, dice la gente de esta comunidad. El municipio del Tuma-La Dalia es considerado un municipio puerto, por esta zona sale una fuerte cantidad de producción de café del departamento, así como de granos básicos, hortalizas, entre otros rubros, para todo el país. “No somos un municipio pobre, somos empobrecidos, aquí se mueve dinero”, aseguran.
La exvicealcaldesa, Francis Lucila Torres Blandón, asumió la silla que dejó Aráuz. Se sabe que en los pasillos de la alcaldía de El Tuma-La Dalia, existe un ambiente de “tensión y temor” entre los trabajadores. “Aquí nadie está seguro ahora”, dijo un militante de confianza.