Otra vez, Rosario Murillo, vicepresidenta designada de Nicaragua, en su intento de promocionar la “Ley contra crímenes de odio” manipuló el caso de un atroz femicidio a una menor de edad.
Este 7 de octubre Murillo trató de usar a favor de su discurso pro-cadena perpetua, el abuso y asesinato contra la niña de iniciales Y.G.D.G en su habitual monólogo de medio día, a través de los medios oficialistas.
La iniciativa de Ley contra crímenes de odio se lanzó luego del sonado caso en el que secuestraron y asesinaron a dos niñas en Mulukukú.
Ciudadanía inconforme ante iniciativa de Ley
No obstante, la ciudadanía nicaragüense mostró inconformidad ante dicha iniciativa. Puesto que se interpreta que el verdadero trasfondo es poner tras las rejas a líderes opositores del régimen orteguista. Tal y como lo advirtió el dictador Daniel Ortega en un tóxico discurso del 15 de septiembre.
La niña Y.G.D.G falleció a causa de un “trauma encefálico severo”, después de 4 meses conviviendo con su tío Pedro Pablo Hernández y su pareja Fanny del Carmen Pérez Zelaya.
También fue víctima de violencia, maltrato y abuso sexual.
“No podemos sentir algo que no sea indignación ante está barbarie, una barbarie y reconocerlo que nos permite confirmar que estas conductas malsanas, perturbadas, brutales de ninguna forma pueden verse con naturalidad. Cuánta razón han tenido los ciudadanos en Nuestra Nicaragua de pedir prisión de por vida para quienes cometen estas salvajadas, porque no hay otra palabra”.
Dijo la vicepresidenta sancionada por abusos de derechos humanos por Estados Unidos.
Murillo afirmó durante previas comunicaciones, que la iniciativa de Ley de Cadena perpetua está respaldada por la “mayoría de los nicaragüenses”.
Asimismo, el régimen ha recogido firmas que sustente la iniciativa de Ley entre empleados públicos, incluyendo policías y militares al servicio del régimen, fanáticos del FSLN, estudiantes becados y subvencionados de colegios públicos y personas pobres que reciben beneficios del Estado.