La falta de empleo formal en Bluefields genera que pobladores hagan maravillas para llevar el sustento al hogar, situación que se torna más difícil para las mujeres, por lo que la opción de vender eskimo fue la que ayudo a Paula Segura,

Ella es la cabeza de su hogar, buscaba empleo en esta cuidad, ella es originaria de Kukra Hill, y después de tocar tantas puertas, no dejo que la frustración la invadiera.

Cada día doña Paula recorría las calles de Bluefields, con la esperanza de encontrar un empleo, Segura no tenia aspiraciones de un gran puesto, solo quería un ingreso estable que le permitiera cubrir cubrir sus gastos y tener el alimento fijo.

Paula entregaba documentos en cada negocio que se encontraba a su paso, ni el sol, ni la lluvia la detenían, sin embargo los empleos están escasos, la crisis por la que atraviesan las micro y pequeñas empresas e la ciudad es extensiva.

Paula Segura

Se siente orgullosa de su nuevo empleo

Un día sin más, Paula buscó trabajo en una agencia repartidora de una marca de Helados de Bluefields, don ella asegura fue bien recibida y con gozo afirma que se siente orgullosa de su trabajo.

Este nuevo empleo era un reto para doña Paula, ya que ser repartidora de eskimo, en un carrito que pesa al menos 100 libras, bajo el inclemente sol o la fría lluvia de Bluefields, no seria nada fácil, además que este trabajo estaba dominado por hombres.

“me han dicho entre unos de ellos, que esto no es para mujer, que es para hombre, que m uy pesado y que me busque otro empleo … de domestica” refuto Segura.

Ella llega a casa muy cansada, no es fácil jalar todo e día un carrito que pesa el doble de su peso, hubieron dias que las ventas estaban malas, y la desmotivación llego a Paula.

“Es pesado a veces llego a casa cansadísima, a veces esta bien a veces esta mal ( las ventas), en los primeros días me iba mal, malísimo, y ya por ultimo dije ya no voy a continuar, pero me dijo uno de los muchachos, no, continúe, esto es bueno se va a componer” contó la vendedora.

El escenario que tenia doña Paula, lo tienen muchas mujeres en Bluefields, no obstante han salido adelante, desde ventas de enchiladas, tajaditas, frescos, vendiendo eskimos y hasta taxistas, las mujeres se la ingenian y llevan el pan de cada día sus hijos.

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