La tormenta tropical Orlene, que se encuentra sobre el océano Pacífico a 440 km al sureste de Manzanillo, en Colima, avanza hacia el noroeste a una velocidad de 7 km/h, según la actualización de la Comisión Nacional del Agua del viernes a las 10:00 a.m., hora del centro de México.
Orlene tiene vientos máximos sostenidos de 95 km/h y rachas de hasta 110 km/h. Este viernes, las bandas nubosas refuerzan las condiciones para que se registren lluvias muy fuertes en Colima, Jalisco, Michoacán y Nayarit, que podrían llegar de 50 a 75 mm. También se podrían registrar rachas de viento de 40 a 50 km/h en Colima y Jalisco.
Entre el lunes 3 de octubre y el martes 4, estaría en tierra pero como tormenta tropical y depresión tropical respectivamente, es decir con una intensidad menor a la que tendrá mientras esté en el océano Pacífico. En tierra afectaría a los estados de Nayarit, Sinaloa, Durango y Chihuahua, según la trayectoria que proyecta el servicio meteorológico.
Su previsión indica que el lunes a las 07: 00 a.m. se ubicará a 35 km al sur de Mazatlán, en Sinaloa, y tendrá vientos de entre 110 y 140 km/h. Al día siguiente, ya en tierra, estará a las 07:00 a.m. a 200 km al este-noreste de Altata, también en Sinaloa, con vientos de entre 45 y 65 km/h.
En febrero de 2022, Colombia despenalizó el aborto hasta las 24 semanas de gestación y se convirtió en un referente para América Latina en materia de protección de derechos sexuales y reproductivos. Sin embargo, las mujeres, niñas y personas gestantes siguen enfrentando barreras para poder acceder a este servicio de salud en el país. ¿Qué obstáculos hay para abortar en Colombia a pesar de que existe el derecho?
“Si estoy embarazada, quiero practicarme una interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Yo no quiero ser mamá, yo no estoy lista para eso”. Eso es lo que Kelly, una joven colombiana cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad, le dijo a su médica, quien le ordenó una prueba de embarazo de sangre y le garantizó que para acceder a un aborto ese era el único requisito. Sin embargo, ese fue el inicio de un recorrido extenuante en el que dice que se enfrentó a múltiples obstáculos.
En el primer hospital al que acudió, según cuenta, le exigieron documentos innecesarios y se negaron a brindarle información sobre el proceso que debía seguir. En otra entidad le aplazaron las citas médicas reiteradamente e incluso aseguraron que no había médicos que realizaran una IVE. Además, asegura que le dijeron que en caso de realizarle el procedimiento no le darían incapacidad médica. Una serie de barreras que no solo dilató injustificadamente su acceso al aborto, sino que evidencia el aparente desconocimiento del marco legal por parte de algunos miembros del personal de salud.
El expresidente de Brasil entre 2003 y 2010 y ahora nuevamente candidato en las elecciones, Luiz Inácio Lula da Silva, fue condenado en 2017 a 12 años de prisión por corrupción y cumplió 19 meses de la condena, antes de que esta fuera anulada por la justicia.
La investigación y la condena por lavado de dinero en el marco de la Operación Lava Jato, que también impidió que Lula da Silva se presentara a las elecciones en 2018, estuvo cargada de polémicas, y el expresidente insistió siempre en que era víctima de una persecución política.
Lula ahora se enfrentará con el actual presidente Jair Bolsonaro, en la primera ronda de las elecciones generales del 2 de octubre (de ser necesario, habrá una segunda ronda el 30 de octubre), y el caso de corrupción en su contra se ha metido en la campaña.
“Me arrestaron para que usted pudiera ser elegido presidente, pero luego me declararon inocente. ¡Pero voy a ganar ahora para ver de un golpe lo que tanto quiere ocultar!”, dijo Lula en el debate con Bolsonaro realizado en agosto, y en referencia a los supuestos esfuerzos del actual presidente para ocultar información y debilitar la transparencia desde que asumió el cargo.