Como todas las instituciones de educación superior del país, la Universidad del Norte de Nicaragua, (UNN), que tiene presencia en cuatro departamentos del norte del país, enfrenta el desafío de mantener la matriculas de años anteriores en momentos en que se cuentan por cientos los jóvenes que han emigrado en busca de mejores oportunidades. 

Este año 2023, la UNN abre con una oferta académica variada, en las áreas de administración, ingenierías y su oferta especial en ciencias de la educación, con especialidades en Biología-Química, Español, Ciencias Sociales e Inglés, aunque se proyectan en próximos años ampliarla. 

El ingeniero Ebert Rivas Bejarano, vicerrector de la UNN–Jinotega, señala para este reporte que el tema les preocupa. “Bueno, nos inquieta el futuro de una sociedad jinotegana donde la mayoría de los jóvenes se han ido” , dijo. “Algunas aulas se han visto vacías”, señala.  

Apuesta por las remesas familiares

Esta universidad, tiene presencia en cuatro de los ocho municipios del departamento, San Sebastián de Yalí, Wiwili, Santa María de Pantasma y Jinotega. Según el educador, la inmensa mayoría de los jóvenes que se van del país son de la zona rural, que es precisamente donde esta universidad captaba a sus estudiantes. 

“Obviamente nos ha golpeado más la crisis económica del país, que golpea los bolsillos y eso hace que muchos jóvenes  que tenían esperanzas de seguir adelante, no puedan seguir estudiando, producto de la misma crisis”, lamentó.  

Las expectativas de este año, es que la llegada de las remesas familiares puedan incidir positivamente en los hogares y esto pueda facilitar que los jóvenes puedan entrar a las universidades privadas, aunque es una realidad muy dura para Jinotega.  “Tenemos confianza, sí, de que podamos seguir adelante”, comentó el funcionario.   

Optimismo 

El educador explica que al tener menos profesionales, el impacto a la sociedad es menos desarrollo, a mediano y largo plazo, porque “el capital más valioso” de cualquier país es la educación de su juventud.  “Un hogar donde hay profesionales, es un hogar con desarrollo económico, que eventualmente te ayuda a salir de la pobreza”, afirma Rivas Bejarano.

Esta universidad, tiene veinte años de trabajar en este departamento.  Ya  ha graduado a cerca de dos mil profesionales, de los cuales la mayoría trabaja en las instituciones tanto del Estado, como en las empresas privadas.  “Nosotros apostamos a seguir mejorando. Esperamos que este fenómeno sea temporal, como todos los fenómenos económicos y sociales, que se ́pueda cerrar este ciclo e iniciar otro”, añade optimista.   

El ingeniero Rivas Bejarano, finaliza haciendo un llamado a tener fe en el futuro y a recordar que la inversión más grande para Jinotega y para Nicaragua, es la educación.

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