Cecilia Suárez es una de las actrices hispanas más reconocidas del momento. Alcanzó la fama en muchos países, sobre todo en la región de América Latina, gracias a la serie que Netflix versionó de La Casa de las Flores donde ella da vida a Paulina de la Vega.
Un cambio de género, ahora en el Oeste
Ahora, la mexicana ha estado cambiado completamente de registro y acaba de estrenar la serie El Zorro en Prime Video, protagonizada por el español Miguel Bernardeau, ambientada en Los Ángeles, California, del siglo XIX.
“Al principio cuando me ofrecieron el proyecto dudaba un poco”, admitió durante una entrevista con la Voz de América. Lo que no le convencía demasiado era que la serie era del género western (Oeste), algo que no había hecho nunca y sentía que no encajaba en un proyecto de este tipo.
“No alcanzaba a imaginarlo del todo, pero conforme fui meditándolo mas dije que sí. Pensé que sería interesante averiguar qué hay detrás de hacer un western y para mi sorpresa, cuando empecé a filmar, quedé perdidamente enamorada de este género y me divertí muchísimo”, comentaba.
Diversidad y empoderamiento en la nueva versión de El Zorro
Se han hecho muchas versiones de la historia de El Zorro, un personaje que fue creado por Johnston McCulley en 1919 y se ha considerado uno de los primeros héroes de ficción del último siglo. El personaje, además, ha aparecido en numerosas historias literarias, series de televisión y películas.
El protagonista, cuya identidad secreta es don Diego de la Vega, es un aristócrata californiano de Los Ángeles, California, en plena era mexicana. “Esta versión no habla de lo mismo que hablan las otras. Esta versión lleva un elenco sumamente diverso y hay varias mujeres poderosas de la historia, además de otras propuestas”, aclaraba la actriz galardonada con dos Premios Platino a mejor interpretación femenina en miniserie (2019 y 2020).
Además de su trabajo en el cine y la televisión, Cecilia Suárez también ha utilizado su popularidad para defender los derechos de las mujeres y niñas. En 2020 fue nombrada Embajadora Global de las Naciones Unidas (ONU) para la Iniciativa Spotlight, una plataforma que también la ha llevado a concientizar a la población sobre esta situación.
Compromiso social de Cecilia Suárez: defensora de los derechos de las mujeres
Hace unos meses, pronunció un discurso ante la sede de la ONU en Nueva York haciendo un llamado a la lucha por la igualdad de género y la eliminación de cualquier tipo de violencia contra la mujer.
“Falta mucho por hacer. Más de lo que creemos y además hay una tendencia en tiempos recientes a creer que las mujeres hemos alcanzado la equidad”, decía. En ese sentido, insiste en que “es una balanza que todavía falta mucho por nivelar”.
“Creo que también nos falta mucho averiguar qué pasa con los hombres, cómo es vivir siendo hombre, qué requiere la masculinidad, qué te exige y hacia dónde te lleva a reproducir estos modelos que no solo nos hacen daño a las mujeres, sino también a los hombres”, comentaba.
Durante su discurso ante la ONU denunció que en 2017, más de 87.000 mujeres habían sido asesinadas, y que de esas, “50.000 habían sido por compañeros íntimos, sentimentales o miembros de su propia familia”.
“Entonces, volvemos a preguntar, ¿qué se odia de nosotras? ¿La sumisión? ¿La rebeldía? ¿Las preguntas? ¿El hartazgo? ¿La resistencia? ¿A quién se odia en nosotras? ¿A la madre? ¿A la amiga? ¿La hermana? ¿A la esposa? ¿A la amante? ¿O simplemente a cualquier mujer? ¿Por qué se nos odia?”, exponía.
“El poder de la palabra”
Considera que ella se siente en la obligación de alzar la voz por las mujeres que no pueden hacerlo. Gracias a la plataforma que le ha dado su trabajo de actriz, ella reconoce que debe hacerlo y sin miedo a las repercusiones que eso pueda tener en su carrera.
“Eso es en lo que tenemos que trabajar y quienes están en puestos de toma de decisiones saben que esta es una realidad. Que hagan o no hagan es otra historia, pero se tiene que hablar y que mejor aval que hacerlo desde un lugar como las Naciones Unidas”, decía.
Durante su participación, hizo alusión al “poder de la palabra” para poder hacer un mundo mejor y más equitativo entre hombres y mujeres. “Las palabras siguen siendo nuestras aliadas más poderosas, las que permiten abrir mentalidades, exponer realidades, manifestar nuestras propuestas, compartir los caminos”, dijo convencida de que “el dolor y el quebranto no pertenece únicamente a las víctimas sino también a quienes agreden”.