Decenas de médicos que fueron despedidos por el Minsa se convocaron para “salvar vidas”, instando a la población al uso obligatorio de mascarillas, alcohol en gel y manteniendo el distanciamiento social.
Al reportarse el primer caso de coronavirus en el país, a inicios de marzo de 2020, el doctor Javier Núñez (vicepresidente de la Unidad Médica Nicaragüense) junto a otros médicos que fueron despedidos, prestaron sin dudarlo sus servicios a la población.
Juntos en la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), los médicos se convocaron para “salvar vidas”, haciendo el llamado a las personas a acatar las recomendaciones brindadas como uso obligatorio de mascarillas, alcohol en gel y evitar asistir a convocatorias masivas.
Desafiando al gobierno, el cual poco antes del anuncio del primer caso de Covid 19 había promovido una marcha masiva llamada: “Amor en tiempos de COVID-19”.
Los miembros de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), habilitaron líneas telefónicas a la ciudadanía para consultas gratis, pero los casos graves eran atendidos en las clínicas capacitadas provisionalmente y con los insumos con los que contaban.
Lea más: Nicaragua Decide: “Más de 200 nombres para asumir la vicepresidencia”
Comité Multidisciplinario
“En los primeros meses de la pandemia, le dedicaba muchísimo tiempo a informar, quizás unas 15 o 18 horas, pero cuando comencé a atender pacientes vía telefónica, pasé hasta un mes durmiendo unas pocas horas”,
dijo el epidemiólogo Leonel Argüello a la VOA.
En contraste, otro grupo de médicos y profesionales formaron el llamado “Comité Científico Multidisciplinario”, en el cual expertos en salud, educación, comunicación y psicología se unieron para suplir a las demandas de la ciudadanía.
Luego de su retiro el doctor Argüello, creo brigadas para capacitar a médicos anualmente. Antes de la pandemia, se capacitaban al menos a 3.000 médicos en diferentes ramas.
Observatorio Ciudadano COVID-19 Nicaragua
También surgió el “Observatorio Ciudadano COVID-19 Nicaragua” el cual realiza conteo paralelo de contagios y muertes, ante la postura del gobierno que minimizaba los casos de coronavirus.
El cual está integrado por profesionales bajo condición de anonimato por temor a represalias.
Su inicio se debió al secretismo estatal y ahora contrasta cifras estatales. El sector de la salud ha sido uno de los más golpeados.
Según el Observatorio Ciudadano COVID-19, hasta el 10 de febrero, 875 trabajadores de la salud habían sido reportados con sintomatología asociada al nuevo coronavirus.
Fuente: La Voz de América