La muerte de un trabajador de la Administración de Rentas de Chinandega, se ha sumado este miércoles a los últimos decesos registrados en ese departamento. Igual que en otros casos, fue sepultado casi en secreto en horas de la madrugada de este miércoles, lo que aumenta la presunción de que fue a causa de COVID-19.
En la actualización del monitoreo del Observatorio Ciudadano publicado este martes, refleja que diez personas habían fallecido entre el 30 de abril y el 4 de mayo, ocho de ellas, “en circunstancias sospechosas en las que las fuentes señalan vinculación con COVID-19”, e igual “las órdenes fueron entierro inmediato”.
No existe versión oficial ni de las muertes ni de los casos de personas llevadas al hospital con cuadros respiratorios graves, pero que son informaciones que trascienden a la población la que permanece en zozobra ante la falta de orientación.
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