Las sospechas de haber sido contagiados con COVID 19, sin duda alguna genera preocupación entre los afectados que de inmediato les lleva a buscar la asesoría de un médico conocido. Las noticias del colapso del sistema público ayudan a incrementar el estrés para cualquier paciente que no tiene los recursos suficientes para pagar un hospital privado.
Sin embargo, lo que la mayoría desconoce es que los médicos recetan a la población el tratamiento de acuerdo al Protocolo del Ministerio de Salud (MINSA), sobre el cual el sitio oficial de esa institución no tiene nada establecido por escrito.
No obstante, los médicos hacen referencia al protocolo del MINSA que establece que el paciente debe consumir entre otros medicamentos una cápsula de Nitazoxanida de 500 miligramos cada 8 horas, durante 7 días, más 2 tabletas de Ivermectina de 6 miligramos por dos días. Ambos medicamentos son antiparasitarios.
Los hospitales que actúan como previsionales y los hospitales privados han incluido ambos medicamentos en los enfermos por COVID-19, como parte del Protocolo establecido por el MINSA, confirmó un infectólogo privado.
Esto lleva a preguntar si los médicos que recetan ambos medicamentos al menos saben de los estragos que causan en un paciente y cuánto daño puede estar causándoles.
La Nitazoxanida pertenece a una clase de medicamentos llamados agentes antiprotozoarios.
Sobre la Ivermectina la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha determinado recientemente que no debe ser usada para el tratamiento de COVID-19.
Refiere la OPS que en un estudio reciente se informó que la Ivermectina fue utilizada con éxito in vitro para el tratamiento del SARS-CoV-2 en células infectadas experimentalmente y dos publicaciones preimpresas sobre estudios clínicos observacionales informaron, la aparente utilidad de la Ivermectina para tratar pacientes con COVID-19 que requirieron ventilación mecánica.
La revisión concluyó que los estudios sobre Ivermectina tenían un alto riesgo de sesgo, muy poca certeza de evidencia y que la evidencia existente es insuficiente para llegar a una conclusión sobre sus beneficios y sus daños, dice la OPS.
Aunque aclara la OPS que la efectividad de la Ivermectina se está evaluando actualmente en varios estudios clínicos aleatorizados, debe enfatizarse que la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la Ivermectina del estudio «Solidarity» por ella copatrocinado, como un esfuerzo para encontrar un tratamiento efectivo para COVID-19.
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