La Policía Nacional descartó la motivación política como unas de las causas del asesinato del opositor Jorge Luis Rugama Rizo, de 45 años, quien fue ultimado de un balazo en el cuello por el fanático orteguista Abner Onell Pineda Castellón. El homicidio ocurrió la noche del 19 de julio en el municipio La Trinidad, en Estelí.
En una escueta nota de prensa, la Policía señaló que Pineda discutió con Rugama, y “lo privó de la vida”. Sin embargo, familiares de la víctima y testigos del homicidio han relatado que el opositor estaba sentado afuera de su casa, junto a su mamá Luisa Rizo Laguna, cuando pasó una caravana de orteguistas y éste les gritó: “¡Viva Nicaragua libre!”. En ese momento, el homicida y demás militantes sandinistas se regresaron a la vivienda del ciudadano, forcejearon con él y le dispararon.
Según la versión oficial, fueron investigadores policiales quienes “capturaron” a Pineda —quien trabaja en la Alcaldía de Estelí—; pero familiares de la víctima y fanáticos sandinistas, que presenciaron el asesinato, indicaron que el homicida se entregó voluntariamente a la Policía.
La Policía determinó que la causa de la muerte fue un trauma craneoencefálico. Al asesino confeso le confiscaron “un arma de fuego tipo pistola con un cargador y ocho unidades de munición calibre 45 milímetros”, según la nota de prensa.
El crimen ocurrió luego del acto principal en conmemoración del 41 aniversario de la revolución popular. El discurso principal estuvo a cargo del presidente Daniel Ortega, quien reapareció después de una ausencia de 38 días sin rendir cuentas. El caudillo del FSLN se mostró, por primera vez en público, con una mascarilla, pese a que su Gobierno ha minimizado la pandemia.
Reto para la Policía
Organizaciones nacionales de Derechos Humanos han advertido que este caso será un reto para la Policía, que se ha mostrado permisiva y cómplice, ante los abusos de sus propios agentes y paramilitares orteguistas contra opositores al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Representantes del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh) y la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), han dicho que seguirán el caso de cerca.
Los defensores de Derechos Humanos temen que este caso termine como el homicidio de la estudiante de medicina brasileña, Rayneia Lima, quien fue asesinada en julio de 2018 por el paramilitar Pierson Gutiérrez Solís. El militante sandinista fue liberado en julio de 2019, a través de una Ley de Amnistía, aprobada por la mayoría sandinista en la Asamblea Nacional.
La socióloga e investigadora Elvira Cuadra subrayó que la Policía Nacional y todo el aparato de administración de justicia forman parte de un “sistema de impunidad”, ya que muchas de las diligencias de investigación “son muy superficiales, cuando las hay”.
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