La tristeza es una parte normal de la vida, y todo el mundo experimenta esta emoción en múltiples etapas de su vida.
Sin embargo, hoy en día, el término “depresión” se puede escuchar comúnmente de parte de la sociedad y las redes sociales como un sinónimo de estar triste.

El uso común de este término ha hecho que algunas personas crean la idea errónea de que la depresión es algo que puede aparecer y desaparecer rápidamente, y que las personas pueden superarla en unos pocos días.

Es sumamente importante comprender que existen diferencias entre estar triste por una situación difícil o evento traumático por el que hemos pasado por un corto período de tiempo, y los síntomas de depresión.

La depresión se caracteriza por sentimientos continuos de tristeza, desesperanza, irritabilidad, falta de motivación o interés por las cosas, falta constante de ánimo para hacer las cosas que antes nos gustaban, dificultad para tomar decisiones y no poder realizar las tareas que solemos hacer diariamente.

Los síntomas de la depresión no necesariamente se limitan solo a síntomas psicológicos, sino síntomas físicos como moverse o hablar más lento de lo normal, cambios en el apetito e incluso en el peso, dolores y molestias inexplicables y falta de energía de manera general.

Entre los síntomas frecuentes de la depresión se incluyen los siguientes:

  • Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o “vacío”;
  • Sentimientos de desesperación o pesimismo;
  • Sentimientos de irritabilidad, frustración o intranquilidad;
  • Sentimientos de culpabilidad, inutilidad o impotencia;
  • Pérdida de interés o placer en las actividades y los pasatiempos;
  • Fatiga, disminución de energía o sensación de que está más lento;
  • Dificultad para tener, recordar o tomar decisiones;
  • Dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado;
  • Cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado;
  • Dolores y molestias, dolor de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento;
  • Intentos de suicidio o pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

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