Este pasado viernes 9 de junio la Organización Panamericana de la Salud emitió un informe, donde el Director doctor Jarbas Barbosa, instó a líderes y tomadores de decisión a garantizar que la salud mental ocupe un lugar prioritario en la agenda política y se integre en todos los sectores.
Si bien la salud mental ha representado históricamente una fuente importante de discapacidad y mortalidad en las Américas, al representar casi un tercio de todos los años vividos con una discapacidad, la pandemia aumentó aún más los factores de riesgo de los problemas de salud mental, como el desempleo, la inseguridad económica y el duelo y la pérdida.
A pesar del alto nivel de problemas de salud mental en la región, la gran mayoría de quienes padecen una condición no reciben la atención que necesitan.
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El Director de la OPS destacó que esta falta de acceso a la atención se debe a diversos factores previos a la pandemia, entre ellos: la escasa inversión en el área, sólo el 3% de los presupuestos de salud de los países se destina a la salud mental; la dependencia de la hospitalización de larga duración cuando la mayoría de los problemas de salud mental pueden resolverse con atención en la comunidad; la escasez crónica de personal de salud mental capacitado; y el acceso reducido a los servicios para las personas que viven en situaciones de vulnerabilidad.
“Hoy no lanzamos simplemente un informe; lanzamos un faro de esperanza, una hoja de ruta para el cambio en la forma en que vemos, tratamos y priorizamos la salud mental en las Américas. Ahora está en nuestras manos cambiar la forma en que abordamos la salud mental, especialmente tras una crisis mundial que la ha afectado profundamente”, añadió Néstor Méndez, Copresidente de la Comisión y Director General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
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