La Organización de los Estados Americanos (OEA) abordará la crisis en Nicaragua y Haití en una asamblea general que comenzó este miércoles en Washington y a la que se dirigirá de nuevo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

Las sesiones se prolongarán hasta el viernes en un ambiente enrarecido por las críticas de países como México, Bolivia y Argentina a la organización.

Hay “24 cancilleres acreditados como jefes de delegación”, afirmó este martes el secretario general adjunto de la OEA, Néstor Méndez, en rueda de prensa.

Habrá ausencias, como las de los ministros de Exteriores de Argentina, México, Bolivia, Colombia y Brasil, que estarán representados por funcionarios con un rango inferior.

Y por supuesto tampoco acudirán los de Venezuela y Cuba, que no forman parte de la organización, ni el de Nicaragua, país que ha pedido salirse de ella pero que acapara una vez más titulares.

La OEA ya ha condenado a Nicaragua por “el hostigamiento” a la Iglesia católica, las oenegés, la prensa y la detención de opositores al gobierno del mandatario Daniel Ortega, que desterró este año a 222 expresos políticos a Estados Unidos.

Pero vuelve a la carga en esta asamblea general, el órgano supremo que decide la política de la organización, con un proyecto de resolución que ha provocado polémica.

Y es que Brasil ha introducido cambios al texto inicial que mitigan la dureza del mensaje, retirando palabras como alarma y reformulando frases con condicionales.

“Tenemos el más profundo respeto por el posicionamiento de Brasil”, afirmó este martes el secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la misma rueda de prensa.

El borrador “es un esfuerzo más de la organización en condenar la falta de democracia en Nicaragua así como las violaciones sistemáticas de derechos humanos”, añadió.

El foro regional examinará asimismo la crisis en Haití, el país más pobre del continente americano, pero sin tratar la posibilidad de desplegar una fuerza multinacional en el territorio.

En la OEA “todavía no hay consenso para apoyar tangible o políticamente esta fuerza”, que reclama Washington, sin que ello signifique que estén en contra, explicó el embajador estadounidense ante la organización Francisco Mora, en otra conferencia de prensa.

Estados Unidos es uno de los países partidarios de reforzar la Carta Democrática Interamericana, un instrumento aprobado en 2001 en Lima para promover los principios democráticos.

Para ello proponen un proceso de revisión voluntario para los países, así como fomentar la democracia preventiva y la educación cívica.

“Hay mucho por actualizar” porque la Carta Democrática Interamericana procede “de una época en que todavía no había militancia política digital” y los efectos de la tecnología no tenían la misma dimensión, estimó Almagro.

La comisión general abordará asimismo el presupuesto para 2024, que aumentará por primera vez en más de una década, en torno al 8 o 9 %.

Hace días este aumento, que se aprobó con los votos de 25 países, provocó una acalorada discusión, especialmente por parte de México.

Los países del Caribe están pendientes, por su parte, de un borrador sobre el cambio climático que mejora el acceso a la financiación global existente.

“Todos los temas políticos de actualidad serán tratados”, aseguró Almagro, con lo que no se descarta que salga a relucir la propuesta del presidente colombiano Gustavo Petro de reintegrar al gobierno del mandatario Nicolás Maduro en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Algo que Almagro no vislumbra a muy corto plazo “aunque las puertas están abiertas”. Venezuela “ha colapsado completamente” y “no hay avances visibles” en “el funcionamiento democrático”, “ni en la protección y defensa de los derechos humanos”, dijo.

De lo que sí se hablará sin duda es de las condiciones de los niños y adolescentes migrantes en la región, objeto de un proyecto de resolución.

Por segundo año consecutivo Zelenski se dirigirá a la asamblea a través de un mensaje grabado para probablemente pedir apoyo a los países latinoamericanos y del Caribe, que han condenado mayoritariamente la invasión rusa pero son reticentes a sancionar a Moscú y a enviar armas a Kiev.

La reunión anual, que rendirá homenaje al legado del expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, se celebra en un momento en el que algunos países prefieren otros foros regionales a la OEA. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, incluso deseó que “desaparezca” porque “no sirve para nada”.

La OEA “no compite con nadie” ni tiene problemas en “compartir agenda” con organizaciones subregionales, aseguró Almagro.

AFP

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