Además de maltratos, extorsiones y otros abusos, el horror del secuestro es otro de los fantasmas que rondan a los migrantes durante sus respectivas travesías. Así lo narran un grupo de 18 personas que dicen haber sufrido este flagelo, en la ciudad de Reynosa, dentro del estado de Tamaulipas, México.

“De hecho mataron a uno, a un muchacho, empezaron primero a extorsionarlo, porque creo que su familia aún no pagaba todo el dinero que le pedían”, contó uno de los migrantes. “Y dijeron que lo iban a empezar a cortar por pedacitos y después se lo iban a llevar a cocinar, así dijeron”.

De acuerdo con el Departamento de Estado de Estados Unidos, México experimenta altísimos índices de secuestro y los migrantes no son la excepción.

Una de migrantes relató que sus hijos pequeños fueron testigos de la mutilación de dedos, manos y pies de otro migrante que eventualmente ejecutaron porque su familia no había pagado el rescate: “Había sangre ahí, sangre, y ya después limpiaron todo ahí pero enfrente de los niños hacían eso”.

En su denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, los migrantes sostienen que al llegar a la central de autobuses en Reynosa fueron interceptados por siete hombres encapuchados, que con navajas y bates los forzaron a abordar unos taxis, para llevarlos a un hotel.

“Nos dijo el señor que estábamos secuestrados y que quería un número de un familiar para que pagaran nuestra cuota, que para que no llegáramos tarde a nuestra cita”, dijo uno de ellos.

Los llevaron después a una ‘bodega’ donde afirman haber visto cerca de 200 migrantes secuestrados a comienzos de diciembre.

La queja también fue presentada ante la Fiscalía General de la República, la cual remitió el caso a la Fiscalía General del estado de Tamaulipas. La Voz de América pidió un comentario al Instituto Nacional de Migración, pero hasta el momento no había una respuesta.

Según el licenciado Geovanni Barrios, de la Asociación Justicia Tamaulipas, en ese estado “se ha profundizado mucho por los grupos delictivos que controlan cada zona, y esto es grave, es grave, que las autoridades no puedan detener, no puedan frenar este tipo de situaciones que se viven”.

Perdieron sus citas

Tras caer presas del crimen organizado, decenas de migrantes del albergue Ágape, en Tijuana, se manifestaron frente al Consulado de Estados Unidos en para pedir que se les respete la cita de CBP One que habían obtenido en Tijuana pero que perdieron cuando cayeron víctimas del crimen organizado en Tamaulipas.

Según Albert Rivera, director del Albergue Agape, 18 de ellos cuando llegaron a Reynosa “salieron secuestrados”. Se trata de siete guatemaltecos y 11 mexicanos. Personal del albergue grabó varios testimonios de familias liberadas, pero que quedaron varados en Matamoros.

Una mexicana aspirante al asilo en Estados Unidos afirmó que “cuando se fueron a su cita fueron secuestrados y a los cuatro días los soltaron, pero pagaron para soltarlos y perdieron su cita”.

Diariamente, 400 personas cruzan desde Tijuana para pedir asilo por California con la aplicación CBP One.

El cubano Extiel Hernández es solicitante de asilo y afirmó que ya no se les entrega información: “En cuanto uno llega a Monterrey uno se la hace”.

Cristina es activista y explicó que “no caen citas y, al no caer citas, se desesperan y agarran donde haya. Entonces si no hay si ellos lo aceptan, es ponerse en peligro”.

Ahora piden protección para volver a Tijuana y que les respeten el trámite que habían hecho. Autoridades consulares confirmaron a la VOA que revisarán la solicitud.

Aunque Baja California es otra frontera con alta presencia de narcotraficantes, muchos migrantes la perciben como menos peligrosa y prefieren esta ruta a pesar de ser una de las más distantes para ingresar a la Unión Americana”. VOA

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