“La mejor estrategia para países pobres ante una pandemia es suprimir la infección desde el inicio, bloquear la entrada del virus a toda costa, pero no hubo una estrategia de suprimir el virus en Nicaragua”, señaló el vicerrector de la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua, Jorge Huete, en una teleconferencia del Wilson Center realizada el 13 de mayo.
El científico nicaragüense no es optimista sobre la situación en su país, “se ha visto que este gobierno no hace nada, o hace lo menos posible”, advirtió en el foro “La respuesta al COVID-19 en El Salvador y Nicaragua: dos caras de la misma moneda autoritaria”, realizado por el Wilson Center, uno de los centros de pensamiento más prestigiosos de Estados Unidos y con sede en Washington D.C.
Según el especialista, ya no es más posible detener la pandemia, la opción que queda para Nicaragua es tratar de ralentizar el contagio y aplanar la curva de transmisión para salvar vidas, y la mejor manera de hacerlo es con distanciamiento social, lo cual incluye cancelar eventos masivos, “la lucha contra la pandemia es lo más importante ahora”.
Por otra parte, Expediente Público analizó las compras del Ministerio de Salud (Minsa) entre el 11 de marzo y el 30 de abril, para conocer el estado de preparación del régimen ante la pandemia, pero más allá del combustible para la campaña de alerta epidemiológica, no hay más que una compra de unos 3,000 dólares para desinfectantes y dos cotizaciones más, una para adquirir un aire acondicionado. Una evidencia de lo poco o nada que el gobierno ha hecho para atender la pandemia.
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