“Si tiene miedo de contagiarse no vaya (a orar a las calles). Lo más seguro es que se puede contagiar y morirse. Y si se muere se va para el cielo mi hermano y ganó la batalla. No sé por qué la gente tiene miedo de morirse. ¡Es ganancia!”.
La frase pertenece al pastor evangélico Rafael Mercado de Grace International, en Matagalpa. La dijo el cinco de julio en una transmisión en Facebook Live de un servicio religioso en el que, pese a las recomendaciones de distanciamiento físico para prevenir el contagio de covid-19, tocó a varias personas de la congregación en la cabeza, para orar por ellos.
Mercado ha sido blanco de diferentes críticas en redes sociales por sus polémicas declaraciones durante sus servicios religiosos, principalmente por recomendar a los asistentes el uso de “agua con sal”, para eliminar el virus, pero va más allá cuando en el video se dirige a un asistente y le dice: “¿usted cree que esa máscara le va a evitar (contagiarse)? Si la máscara es para el que anda enfermo”.
La Iglesia evangélica Grace International de Matagalpa cerró sus puertas por dos semanas al inicio de la pandemia en Nicaragua, pero posteriormente Mercado decidió abrir y en sus servicios religiosos alega que tienen cuatro meses de tener encuentros presenciales y “todos están bien”.
Su Iglesia no es la única que decidió mantener las puertas abiertas en medio de las afectaciones por la covid-19 en Nicaragua, que ya ha cobrado la vida de más de 2225 personas, según el monitoreo independiente del Observatorio Ciudadano COVID-19, hasta este ocho de julio.
De hecho, Matagalpa es el segundo departamento con más afectados después de Managua, con un estimado de 849 casos sospechosos de covid-19 y 171 fallecidos con síntomas asociados, según el mismo Observatorio.
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