Como un escuadrón de la muerte, a eso de la 3:40 de la madrugada de este viernes, mientras la ciudadanía de Matagalpa dormía, fuerzas especiales de la policía de la dictadura Ortega-Murillo secuestraron a monseñor Rolando Álvarez y sus colaboradores que se encontraban retenidos en la curia episcopal.
Luego de la condena internacional el orteguismo a través de su brazo represor, informó en una nota de prensa, que siete de los ocho colaboradores del obispo Álvarez, que permanecieron encerrados en la curia durante 15 días, fueron traslados a la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Chipote.
La policía además confirmó que monseñor Óscar Escoto, párroco de la iglesia Santa María de Guadalupe, y vicario general de la diócesis – segundo al mando eclesialmente – se mantiene en la curia sin ninguna restricción policial o de movilidad.
Sacerdotes de Matagalpa confirmaron que a monseñor Rolando Álvarez lo llevaron en un vehículo, separado de las otras personas detenidas.
El operativo fue liderado por el comisionado general Sergio Gutiérrez, jefe de Matagalpa, bajo el mando del también comisionado general Ramón Avellán, subdirector de la Policía y uno de los funcionarios más fieles de Ortega, acusado de la comisión de delitos de lesa humanidad en las protestas de 2018.
Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, dijo que “la dictadura vuelve a superar su propia maldad y su espíritu diabólico”, expresó a través de su cuenta de Twitter.
Mientras que el padre Edwing Román, párroco de la iglesia San Miguel en Masaya, y que actualmente se encuentra en el exilio, lamentó en su cuenta de Twitter el secuestro del obispo y los sacerdotes que lo acompañaban en la curia que “hablen quienes tienen que hablar y dar la cara”, recordando que se trata de un “pecado de omisión”.
Sacerdotes consultados por Agenda Propia Nicaragua han denunciado “la visita de comisionados de la policía a las parroquias donde claramente nos han pedido mantenernos al margen y que colaboremos con la paz”.
“Son cosas absurdas las que hacen esta gente, quieren controlar todo”, dijo uno de los sacerdotes, mientras otro clérigo manifestó que “no podrán callar la voz de la iglesia, lo intentaron hacer en los años ochenta y ahora vuelven con lo mismo”.
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) denunció el asalto a la Curia en Matagalpa y el secuestro a monseñor Álvarez. “Alertamos a la comunidad internacional y nos sumamos a la cadena de oración”, señalaron a través de un tuit.