Durante los últimos 14 años (2006-2020) Bluefields, en el Caribe Sur nicaragüense, ha sido beneficiada con dos modernos proyectos de agua potable, ambas obras tienen el denominador común de haber sido financiadas por la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid).

La primera obra fue inaugurada en 2006 por el entonces presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, era una moderna planta desalinizadora de agua potable que pretendía abastecerse de la bahía de Bluefields, e incluyó la construcción de una planta de tratamiento. Ésa planta que costó 8.1 millones de dólares, actualmente provee con agua salada (sí, agua salada) a 700 hogares.

La planta de Bolaños instaló 17 kilómetros lineales de tubería, y 15 hidrantes para toda la ciudad. Sin embargo, el día de la inauguración ni una sola familia recibió el vital líquido a través de sus grifos.

ERA LA TARIFA MÁS CARA

La tarifa que cobraría el gobierno de Bolaños a los blufileños sería la más cara del país, 0.56 dólar el metro cúbico, cinco veces más de su costo en Managua, donde el metro cúbico tenía un valor entonces de 0.15 dólares, según estimaciones del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), recién clausurada y confiscada por el comandante Daniel Ortega.

La segunda obra es la del presidente Daniel Ortega que inició su construcción en el 2017 y es la fecha (tres años después) y no ha concluido, a pesar que prometieron que estaría listo en 2019. El costo del proyecto de Daniel asciende a 28 millones de dólares.

Según sus autoridades locales, beneficiará a más de 65 mil habitantes. La obra pretende instalar 4 mil 945 conexiones domiciliares.

Esta obra, igual que la primera, fue financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), además por el Fondo de Cooperación para el Agua y Saneamiento (FCAS).

La segunda obra de agua, de concluir exitosamente, tendrá una capacidad de almacenamiento de 1.6 millones de galones.

LAS CALLES DESBARATADAS

Además, tendrá una planta de tratamiento, redes de distribución, dique y prevén abastecerse de los ríos Silva y Kukra (alrededores de Bluefields), y contará con 13 estaciones de bombeo de aguas residuales, 51.27 kilómetros de red colectoras y subcolectora y línea de impulsión con capacidad de transportar las aguas residuales.

El alcalde de Bluefields, Gustavo Castro, admitió a un medio local de comunicación que la empresa que construye el proyecto de agua tiene atrasos, “nos hemos sentado con ellos y les hemos dicho que no habrán mas desembolsos si no hay avances”.

En 2019 el gobierno de Ortega pretendía iniciar un proyecto de aguas residuales (aguas negras), por un costo de 40 millones de córdobas.

Actualmente las calles de Bluefields están desbaratadas porque la empresa encargada de instalar el proyecto de agua aún no finaliza.

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