Varias iglesias locales entregaron este 20 de agosto, paquetes alimenticios a más de 225 personas de Bluefields, como un aporte humanitario en el contexto de la pandemia de coronavirus.
“Gracias a Dios tenemos una relación bastante cercana, hay mucha comunión entre las iglesias históricas y esto permite hacer lo que la misión que Jesús nos ha encomendado: que es el amor al prójimo, el beneficio al prójimo, el bienestar común, sea el ideal que nos une, y nos une en función del bienestar de los demás, esto ha hecho que nosotros (iglesias), nos unamos y nos pongamos a disposición de los demás”, expresó el padre Eduardo García González, de la Iglesia Católica.
Esta obra social es impulsada por ciudadanos costeños que radican en el exterior y aportan económicamente cada mes través de las iglesias para hacer realidad esta ayuda.
Dar para recibir
“El proyecto Give to Receive que inició en la Iglesia Morava, se extendió a la iglesia anglicana, católica y ahora adventista”, comenta Gladys Britton, coordinadora del proyecto.
Todo inició en 2017, cuando se servían platos de comida en la iglesia morava a cientos de niños, mujeres y adultos mayores.
Hace dos años se unió a la obra la iglesia anglicana, donde miembros de esta congregación cocinaban alimentos para el pueblo de menos recursos de nuestra ciudad.
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225 beneficiarios
En marzo de 2020 todo cambió debido a la pandemia del Covid 19, ya que por prevención se suspendió la entrega de comida servida, para optar por un nuevo modelo de entrega de paquetes alimenticios.
Cada bolsa contiene contienen arroz, frijoles, azúcar, aceite, harina, café, fósforo, enlatados y refrescos.
Hoy nuevamente se entregaron paquetes alimenticios a 225 personas beneficiarias de esta obra.
“La verdad es que la población tiene gran necesidad y esto viene a aliviar de algún modo su problema económico”, nos explica la coordinadora del proyecto.
Pobreza en Bluefields
Una de las beneficiadas es Esmilda Mariela Flores, madre de dos hijos y vendedora de tajaditas en las calles de esta ciudad.
Ella asegura que su situación económica es mala, expresando “que hay días que tienen para cocinar y hay días que no”.
En las periferias de Bluefields se puede observar un nivel de pobreza social palpable a nivel de viviendas y mucho empleo informal.