A falta de empleo, la población ha decidido vender, una acción que evita estar en el “desempleo” pero tampoco genera los ingresos necesarios para vivir.
Este comerciante de coco rallado y frescos naturales diariamente se ubica frente al Colegio Moravo Secundaria en el barrio Central, él nos explica que decidió vender en la calle, porque agotó todas las posibilidades de encontrar un trabajo formal, y es a través de la venta de cocos rallados ha podido sustentar a su familia de manera honesta.
Sin embargo, recalca que algunos días las ventas están muy bajas, por lo que regresa a su casa sin ganancia, pero, algunos días, recibe las bendiciones de las buenas ventas y se recupera.