“Los precios suben, pero uno no le puede subir a la comida” afirma Antonio Rosales, propietario de una venta de comida en el barrio Central de Bluefields.
Los comedores, restaurantes fritangas y todo negocio de comida sufren los embates del alto costo de la canasta básica que se cotiza en aproximadamente 19 mil córdobas y este costo aumenta en zonas alejadas de la capital, tal es el caso de Bluefields, ubicado a más 350 kilómetros de distancia.
“Las ganancias ahora ya son mínimas” afirma Rosales, quien afirma que han tenido que reducir las porciones al servicio de comida, para mitigar el golpe que representa resistir en un mercado dormido y sin oxígeno económico.
” nos acomodamos al día a día, aunque esto vaya subiendo, porque uno no puede venir a subirle a la comida (…) y siempre no se deja de ganar, hay que darle gracias a Dios, porque cada día vamos vendiendo poquito, poquito, porque las ventas han decaído un 60%, ahora no está igual el negocio porque las cosas están caras” dice el vendedor.
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Un servicio de comida se mantiene en un precio entre 150 y 180 córdobas, sin embargo, es un precio que pocas personas pueden costear, ya que los salarios no ajustan para estos “gustitos”, por lo que prefieren comprar una libra de carne y cocinar en el hogar afirma Antonio Rosales.
“se han molestado (los clientes), porque dicen ellos, todo sube, menos el salario y eso es cierto. Y uno no puede venir y vamos a decir hoy tenemos la comida a 180 y mañana a 250 por que el arroz subió…. los precios se mantienen, aunque las cosas suban” lamentó.